VALDÉS NO NECESITA OTRO SUPLENTE
No tocar lo que funciona: No es fácil ser segundo portero del Barça. Tampoco lo es encontrar al candidato ideal para serlo. Alber Jorquera cumple con ambas premisas y es justo reconocerlo. Seguramente el de Bescanó no figura en ningún ranking de mejores porteros, pero quienes reclaman que detrás de Víctor Valdés debería haber un tipo de mayor cartel corren el peligro, en caso de ser escuchados, de modificar algo que lleva años funcionando. Valdés se ha consagrado porque es muy bueno, porque ha madurado y porque a sus condiciones innatas suma una máxima entrega en cada entrenamiento. Pero una pequeña cuota de éxito merece su compañero de fatigas diarias. Silencioso, respetuoso, cumplidor...
Valdés vive tranquilo con la sombra de Albert. ¿Por qué arriesgarse a cambiar la fórmula?
VALDÉS NECESITA OTRO SUPLENTE
Pensemos en Moscú: Las cualidades de Jorquera son enormes. Se trata de un portero paciente y disciplinado, uno de esos futbolistas que tiene claro que lo primero es el equipo y después están las individualidades, de esos suplentes que cualquier entrenador desea porque sabe que no le creará problemas. Pero la cuestión es si estas innegables virtudes bastan cuando se habla cada temporada de ser campeón de Europa. La cuestión es si alguien ha pensado que es posible que Valdés pueda sufrir una lesión o una expulsión en un momento decisivo de campeonato. Hay que cerrar los ojos y soñar, verse en Moscú, en la final de la Champions, y en ese instante, con una prórroga y unos penaltis por delante, ponerle cara al meta deseado para suplir a Valdés en caso de infortunio.
¿Cuál es su elección?
JOAN JOSEP PALLÀS
10.11.07
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