A pesar de su carácter introvertido, Víctor nunca ha tenido problemas para atender la petición de un aficionado o posar para una foto, especialmente cuando quien se le acerca es un niño. Y es que el canterano, acostumbrado a romper récords de precocidad desde que ingresó en la Masia a los 10 años, vivió momentos difíciles de pequeño, sobre todo cuando sus padres tuvieron que trasladarse a Tenerife por motivos de trabajo. La idea era que el niño siguiera su formación en Barcelona, pero no fue posible. El joven guardameta, tres años más pequeño que el segundo residente más joven de la Masia no conseguía adaptarse a su nueva vida con sus padres a miles de kilómetros de distancia. Finalmente, Víctor aplazó el sueño de jugar con el Barça para rodearse de su familia. Pero nunca dejó de lado el fútbol. “Cuando eres pequeño el deporte te ayuda a evadirte de tus problemas, que en esos momentos crees que son los más importantes del mundo y que no tienen solución”, recuerda Valdés desde su actual privilegiada situación, “siendo niño tuve que superar momentos complicados, supongo que como todo el mundo, y jugar a fútbol me ayudó mucho a evadirme y relacionarme con otros niños. Cuando somos pequeños, casi todos soñamos con llegar a ser grandes estrellas del fútbol y esa ilusión mantiene despierta la imaginación”. En su caso, su sueño se convirtió en realidad y por eso no duda en animar a todos los niños a buscar en el deporte una válvula de escape.
Víctor, junto a sus compañeros Albert Jorquera y José Manuel Pinto, son la imagen del mes de enero del calendario de SPORT en colaboración con UNICEF y la Fundació del FC Barcelona, dedicado a la integración familiar y social. El caso de Valdés es un ejemplo claro de que el deporte es una herramienta muy eficaz para que un niño encuentre su sitio en la sociedad, especialmente en aquellos casos en los que los problemas y las conductas de los adultos pueden interferir negativamente en la educación de los más pequeños.
“El fútbol y el deporte en general acostumbra a ser una solución para favorecer que los niños dejen de pensar en lo que muchas veces se encuentran en casa, y además no están pensando en hacer otras cosas”, asegura con total convencimiento Jorquera, quien ingresó en el Barça a los quince años. Su argumentación es muy lógica, “siempre es mucho mejor pasar el tiempo haciendo deporte que pensando en hacer gamberradas”.
También Pinto tiene su propia teoría sobre los beneficios del deporte en la infancia, puesto que “todo tipo de actividad que implique compartir con otros niños ya sea en el campo de juego o en el vestuario, siempre te ayuda incluso en la educación, está comprobado que son niños más abiertos y más alegres, porque el deporte en general te ayuda a crecer como persona y también a quien tiene algún problema le ayuda a despejarse un poquito. En parte, descargas adrenalina y siempre es bueno que el pequeño no lo lleve todo por dentro”. El trío de porteros del Barça es una garantía bajo los palos, pero también un ejemplo a seguir fuera del campo.
23/12/08
